Posiblemente para muchos el día de hoy quede eclipsado por la celebración de San Valentín, aunque no en el sentido originario y santo de este día. Sin embargo, a los cristianos se nos abre hoy la puerta a un tiempo precioso en el podremos prepararnos para poder vivir la Pascua y Resurrección del Señor en unos 40 días.
Si el año pasado hablábamos de preparar la casa ante este tiempo de Cuaresma, este año, y dado que los corazones de San Valentín inundan nuestras bandejas de spam y los comercios, vamos a hablar de cómo preparar el corazón. Y además, más allá de parecernos una fastidio eso de que coincida San Valentín y Miércoles de ceniza y de no poder celebrar este día con una cena (más bien al contrario, ayunando), vamos a aprovechar la situación y a hacer algo único para celebrar este día, dándole un nuevo sentido.

Cuaresma
Por cierto, quede dicho de antemano que esto no se limita a los que tengan ya novia, novio, o estén casados ¡para nada! de hecho, cuando he estado soltera, he aprovechado este día como acción de gracias por todas las personas que hay en mi vida y a quienes quizá no digo cuánto les quiero, así como para rezar a Dios desde ya por la persona que tenía pensada para mí, para que la cuidara. Así que nadie ponga excusas, el plan que hoy os proponemos sirve para todos. Vamos a ello.
La primera premisa es vivir este tiempo con alegría, pues se nos da como un regalo para poder prepararnos para algo mejor. De pequeña lo veía con tristeza porque no podíamos dar palmas en los cantos de la misa, no había flores, no se cantaba el Gloria… y no entendía el sentido de la Cuaresma. En cambio, ahora que sí lo entiendo, veo que es necesario vivir este tiempo con alegría, porque si no, todas las demás cosas que hagamos, no tendrán sentido.
La segunda es empezar la Cuaresma con una confesión, para entrar con buen pie en este tiempo, estando en gracia y con la posibilidad de comulgar. No nos pongamos excusas, hay mucha gente, ya lo hice hace poco, no sé que decir… Párate y piensa cómo está tu corazón, tu casa, y si verdaderamente estás arrepentido y quieres revertir esa situación, prepárate con un buen examen de conciencia.
Además, mi recomendación (y sabiendo que no todos tienen esa posibilidad) es empezar el día con la Misa, para entrar en este día y en este tiempo desde el principio. Que no sea una cosa más que acoplamos en nuestro horario de tardes si tenemos un hueco, sino que nuestro día se asiente en esta celebración. Además, me he propuesto ir todos los días antes de ir a trabajar, lo cual me supondrá madrugar más, cosa que veo complicada… pero espero poder ir. Y sobre la oración, seguimos rezando por teléfono todas las noches, así que continuaremos siendo constantes en esto.
Con respecto a la limosna, además de ayudar a los que nos puedan pedir por la calle, o lo que ayudemos en la Iglesia, hemos decidido hacer como pareja un desprendimiento en comunión. Es decir, cada uno ha pensado dónde quiere hacer una donación y cuánto y hemos acordado un día para hacerlo, cada uno por separado, porque seguimos viviendo lejos uno del otro, pero haciendo ese gesto ‘a la vez’.
Además de la donación económica, y movidos por los Evangelios de los anteriores domingos, en los que Jesús va donde está la suegra de Pedro y la cura, o toca al leproso y lo sana, hemos pensado ‘pasar a la acción’, hacer como Jesús, que no se queda inmóvil, sino que se implica. Así que además de todo lo anterior, queremos dar nuestro tiempo y nuestros dones a los que más lo necesitan, bien con un voluntariado, ayudando en algún servicio en la Iglesia… lo que Dios vaya suscitándonos y por supuesto no limitado solo a este tiempo de Cuaresma.
En cuanto al ayuno, además de ayunar el miércoles de ceniza y viernes Santo y abstenerse de comer carne, vemos importante abstenerse de caprichitos, de cosas que verdaderamente nos gusten. Y en mi caso, podría ser el stroopwaffel, la mejor galleta del mundo 😉 Además, podemos en este tiempo no salir a comer o a cenar por ahí y compartir la mesa con amigos que quizá hace tiempo que no vemos, o gente que sabemos que está sola…
En definitiva, se trata de hacer algo un poquito especial y que tanto a nivel personal como a nivel de pareja, nos va a ayudar a vivir este tiempo. Podemos desde ya, en el noviazgo, ser fecundos, dar fruto con nuestro servicio y entrega, con nuestra oración… Además, viviendo el día de San Valentín como hemos descrito, difícilmente se nos podrá olvidar.
Seguro que tenéis muchas más ideas o que incluso ya habéis llevado estas a la práctica… ¡pues estupendo, nos encantaría conocerlas! ¡Y que paséis una feliz Cuaresma!
Nota de él
Como habéis visto, son muchas propuestas las que ella hace y es posible que vosotros tengáis las vuestras (¡que ella os invita a compartir!). Pero es importante comprender que hacer todo esto no es el fin de la cuaresma, sino sólo un medio para preparar un corazón arrepentido y agradecido a Dios que nos ama actuando en nuestra vida concreta. Por eso, si falláis en vuestras propuestas u os cansáis a mitad no os preocupéis… ¡Dios os ama! Volvedlo a intentar y no olvidéis que lo importante es vuestra conversión, es decir, convertir vuestro corazón y vuestra vida a Él aprovechando la gracia que Él mismo os regala.