Hoy os escribimos para presentaros una nueva sección de nuestro blog dedicada al hogar. Y, aunque la inauguremos hoy, si hacéis clic en ella veréis que ya tiene mucho contenido de entradas antiguas que de un modo u otro hablaban del hogar sin nosotros pretenderlo.
Y es que en este último tiempo hemos podido ponerle nombre a algo que intuíamos desde hace tiempo, al deseo de tener un hogar que sea iglesia doméstica, una posada que acoja, un pequeño anticipo de lo que será el Cielo… y este nombre, seguro que a muchos os suena, es el de Teología del hogar.
Descubrir esto y profundizar en ello nos ha llevado a querer escribir más sobre este tema en nuestro blog y por eso vamos a dedicar un espacio exclusivo donde poder leer sobre esto, cómo lo aplicamos en nuestro hogar, recomendaciones de lecturas o testimonios…
Este blog comenzó hace 7 años ya con la intención de mostrar la realidad de un noviazgo católico en una época en la que apenas había visibilidad de ello en este nuevo continente digital ¡y cómo han cambiado las cosas! ¡Cuánto testimonio y cuánto contenido de calidad hay! Por eso, ahora, 7 años después, el Espíritu Santo nos anima a seguir con esta Misión pero transmitiendo la belleza del hogar. Nuestras circunstancias son muy distintas a las de 2017 y vemos que en este momento de nuestra vida nos anima seguir escribiendo sobre lo que vivimos, y eso pasa por nuestro hogar.
Siguiendo la esencia de este blog, nuestro enfoque no va a ser teórico (pues carecemos de una formación específica en este tema, la verdad), sino muy vivencial, y así, con detalles de nuestro día a día, poder mostrar la trascendencia del hogar, al menos como lo vemos e intentamos vivir nosotros, que en muchas ocasiones es de forma muy limitada y precaria.
Nos ilusiona poder profundizar en este tema y esperamos que os guste este nuevo contenido que queremos empezar a compartir. No dudéis en escribirnos si tenéis cualquier sugerencia o aportación.
Ah y ¡bienvenidos a nuestro hogar!