Septiembre está a la vuelta de la esquina y nunca antes habíamos tenido una vuelta al cole tan extraña. Tras casi medio año confinados en nuestras casas teletrabajando, eso de la ‘vuelta a la rutina’ típica de septiembre se nos hace raro.
Como os contaba en la última publicación, hemos tenido un verano muy hogareño, sin irnos a ningún sitio de vacaciones. Sin embargo, hace unas semanas vivimos un retiro que nos impulsó a afrontar lo que viene con ilusión.
Y es que las veces que he estado de retiro, de campamento, de convivencia… siempre he pensado lo mismo: sí, aquí se está muy bien, pero cuando llegue a casa, a mi realidad ¿qué? Y así me sentía ya el último día, agobiada por la incertidumbre de esta pandemia, por el riesgo que tendrá mi marido en su trabajo, por el proyecto en el que llevo mucho tiempo trabajando y que quiero que pronto vea la luz… Sin embargo, en esa desazón, la última meditación del retiro me dio la vida. Como a los trabajadores de la viña contratados a última hora.
Justamente hablaba de la vuelta a la vida ordinaria, al día a día y se nos invitaba a buscar y a encontrar a Dios en todas las cosas, a ser sensibles a Él. Y es algo que siempre he intentado, de hecho, este blog va de eso, de cómo le vemos en nuestra cotidianidad. Sin embargo, tantos meses tan iguales, tan en casa, han hecho que dejara de verlo en mi día a día.
Además, se nos invitaba a vivir en clave de agradecimiento, en un brindis constante, diciendo en todo momento: ¡Va por ti, Señor!
Van por Ti las cosas buenas que me pasan, el tener a mi marido, a mi familia, va por Ti el tener hermanos y amigos en la Fe, va por Ti mi trabajo, va por Ti aquello que me hace sufrir, va por Ti esta renuncia, va por Ti este acontecimiento que ahora no entiendo, pero te lo ofrezco y descanso en Ti…
Y así, brindando por todo, lo bueno y lo menos bueno, vivimos cada día como un don, repleto de cosas por las que brindar.

Vivir así es una fiesta constante, vivir en la bendición hace agradable la vida de los que nos rodean ¡y es contagioso!
¿Qué pasará en los próximos meses? Solo Dios lo sabe. Vivamos el hoy y alcemos nuestras copas, porque tenemos muchísimos motivos preciosos por los que brindar.
¡Mucho ánimo con ‘la vuelta al cole’ y mucha precaución!
Va por Jesucristo,va por todos los regalos que nos hace día a día,pequeñas cosas que te hacen ver que la vida es bella y vale la pena vivirla,a pesar de los miedos por todo y por esta pandemia.
¡Amén! Nos unimos a su brindis!