¡Estrenamos sección del blog!
A partir de ahora, y de forma periódica, publicaremos artículos en esta nueva sección a la que hemos llamado La Viña, mientras que el resto de entradas las publicaremos en la sección La Vida.
¿Y por qué este nombre? Porque en esta sección encontrarás de todo… ¡Como en la Viña del Señor1! Y al igual que los trabajadores de la parábola trabajan en la viña, así nosotros trabajamos en la tierra por amor a Dios pues, como decía San Francisco de Sales, no hay ningún método para amarle fuera de hacer lo que le agrada. Y muchas veces esto se hace desde las pequeñas cosas de la vida. Así pues, estos son algunos de los contenidos que publicaremos, pero te invitamos a que nos sugieras alguno más aportando tus ideas… ¡Estaremos encantados de escucharte!

La Viña
- Regalos do-it-yourself (DIY), hechos con tus propias manos, sugerencias muy especiales para regalar que sacan lo mejor de uno mismo para darlo al otro.
- Recetas de piso de estudiante. Advertimos que no es nuestra especialidad, y especialmente no es la especialidad de él, pero muy de vez en cuando os contaremos qué se cuece entre pucheros, donde también está Dios2.
- Reseñas de libros, pues nos encanta leer, aunque no tenemos mucho tiempo últimamente. Os iremos recomendando lecturas que hayamos leído, pues de muchas se pueden sacar cosas buenas e interesantes.
- Películas y cortos, en los que nos pasa algo parecido con los libros: tenemos muchas ganas y poco tiempo para ellos.
- Ocio, planes alternativos, ideas de mini viajes, posibles peregrinaciones, cosas que puedes hacer en tu tiempo libre (aparte, claro está, de dedicárselo a Dios)…
¿Tenéis alguna otra sugerencia? ¡La viña la hacemos entre todos!
Nota 1 – «En efecto, el Reino de los Cielos es semejante a un propietario que salió a primera hora de la mañana a contratar obreros para su viña. Habiéndose ajustado con los obreros en un denario al día, los envió a su viña. Salió luego hacia la hora tercia y al ver a otros que estaban en la plaza parados, les dijo: «Id también vosotros a mi viña, y os daré lo que sea justo.» Y ellos fueron. Volvió a salir a la hora sexta y a la nona e hizo lo mismo. Todavía salió a eso de la hora undécima y, al encontar a otros que estaban allí, les dice: «¿Por qué estáis aquí todo el día parados?» Dícenle: «Es que nadie nos ha contratado.» Díceles: «Id también vosotros a la viña.» Al atardecer, dice el dueño de la viña a su administrador: «Llama a los obreros y págales el jornal, empezando por los últimos hasta los primeros.» Vinieron, pues, los de la hora undécima y cobraron un denario cada uno. Al venir los primeros pensaron que cobrarían más, pero ellos también cobraron un denario cada uno. Y al cobrarlo, murmuraban contra el propietario, diciendo: «Estos últimos no han trabajado más que una hora, y les pagas como a nosotros, que hemos aguantado el peso del día y el calor.» Pero él contestó a uno de ellos: «Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No te ajustaste conmigo en un denario? Pues toma lo tuyo y vete. Por mi parte, quiero dar a este último lo mismo que a ti. ¿Es que no puedo hacer con lo mío lo que quiero? ¿O va a ser tu ojo malo porque yo soy bueno?». Así, los últimos serán primeros y los primeros, últimos.» Mateo 20, 1-16.
Nota 2 – «Entre los pucheros también anda el Señor.» Santa Teresa de Jesús.