¡Hola! Ya estamos de vuelta por estos lares después de la boda, de la luna de miel y de asentarnos de nuevo en nuestros trabajos y en nuestra nueva vida.
Aunque queremos contaros muchas cositas de la boda, cómo fue, cómo la preparamos, cómo la vivimos… lo primero que queremos contaros por aquí es cuál fue el detallito que dimos a nuestros invitados ese día. Y es que fue una de las cosas que más tiempo de preparación y dedicación nos llevó y a la vez una de las cosas que con más cariño recordamos. Y la culpa de ello la tiene este blog.
Ya siendo novios, y sin boda a la vista, hablábamos de este detallito, aun sin saber que se materializaría en nuestro enlace poco más de un año después. Y, una vez prometidos, fue nuestra prioridad ponerse a trabajar en ello. Lo bueno fue que lo tuvimos claro los dos desde el principio y no perdimos mucho el tiempo en pensarlo. Queríamos regalar algo muy personal, algo que no dejara indiferente a nadie, aun sabiendo que comportaba riesgos…
¿Y qué fue? Pues lo que estáis leyendo ahora mismo pero en papel, tangible. Un libro, nuestro libro y nuestra historia de tres. Queríamos que cada invitado pudiera conocernos más y queríamos que vieran a través de nuestra historia, la gran historia de Amor que Dios hace con cada uno de ellos.
Aunque estamos contentísimos por la acogida que ha tenido, no podemos negar que fue un poco locura al principio,

El libro de una historia de tres
pues ya hay bastante con preparar una boda, como para maquetar y editar un libro. Sin embargo, lo teníamos tan, tan claro, que no podíamos echarnos atrás. El primer paso fue crear el índice del libro, y a partir de ahí, ir rescatando del blog y acoplando las entradas que creíamos oportunas. Después, crear nuevo contenido y revisar la ortografía de todo. Una vez tuvimos todo el libro ‘en bruto’, se lo dimos a un sacerdote para que nos lo revisara, para comprobar que concordaba todo con las enseñanzas de la Iglesia y, en paralelo, una buena amiga trabajaba en los iconos que ilustran el libro. Cuando tuvimos el visto bueno empezó la maquetación, y la clave fue ir a lo sencillo. Barajamos trabajar con software de pago, libre… pero al final pudimos extraerle el jugo a un editor de textos de código abierto. Una vez tuvimos ya el libro maquetado, diseñamos la portada adecuándonos a los parámetros de impresión e hicimos nuestro primer pedido para ver cómo quedaba un libro de prueba. En nuestro caso, recurrimos a Amazon para la impresión bajo demanda y la distribución de los ejemplares, y fue todo un acierto (y un descubrimiento para mí) porque se ciñeron a los plazos que teníamos y con un resultado que nos encantó. ¡Menuda expectación cuando llegaron los primeros libros!
Cuando ya los tuvimos todos quise hacer unos marcapáginas 100% artesanales para cada uno, y con la ayuda inestimable de madres y amigas, muchas acuarelas y remaches, sacamos adelante más de 200 marcapáginas, cada uno distinto del anterior, pura inspiración.
Junto al libro también incluimos un anexo necesario dirigido a mi padre (pues cuando falleció ya estaban los libros hechos). Aprovechamos la ocasión para escribir una particular ‘Carta al Cielo’ en un día tan significativo para la familia y para que todos tuviésemos la mirada en el Cielo, pues ahí también estaban mis abuelos, mi padre y mi hermanit@ de fiesta.
Todo ello lo metimos en un sobre kraft y estampamos nuestro sello de bodas (¡recomendadísimo hacer una pequeña inversión en esto, ya os contaré!). Además, fue bonito que durante la mañana que estuvimos haciendo este trabajo ‘mecánico’ de doblar cartas, meter cosas en el sobre, estampar sello y cerrar, estuvimos rezando por las personas a las que iba a llegar el detalle.
Una vez en la boda, antes de repartir los libros, cogimos el micrófono y lo contextualizamos, pues había gente que desconocía la existencia de este blog, y que se sorprendió mucho.
Si nos preguntarais ahora si lo volveríamos a hacer, diríamos un sí rotundo. Ha valido la pena con creces, pues son numerosas las personas que nos han transmitido que les ha ayudado y nos alegramos profundamente por ello. No obstante, somos conscientes de que quizá algunos libros queden olvidados en un estante, o que no gusten o incomoden. Contábamos con ello. Y por eso, desde la primera página dejamos claro que es simplemente nuestra experiencia. Pero, si por el contrario a alguien le interpela nuestro testimonio, se siente atraído por el Amor del que hablamos, ve algo distinto en el noviazgo que vivimos ¡bendito sea Dios! Absolutamente todo este trabajo ha valido la pena, tan solo por uno.
¿Y los niños? Queríamos que también ellos tuvieran un libro como los mayores y por eso, tras mucho indagar (aquí si que no nos daba la vida para algo artesanal), descubrimos un libro que conjugaba lo que queríamos: colorear y un mensaje cristiano, y acabamos regalando el Vía Crucis explicado a los niños del sacerdote José Pedro Manglano y unas pinturitas para que ya allí pudieran empezar a colorear.
El Vía Crucis se puede conseguir aquí y nuestro libro también, tanto en Amazon España como Internacional, aunque cabe destacar que buena parte de su contenido ya la habéis leído por aquí si sois lectores asiduos al blog. Las entradas nuevas contenidas en el libro las iremos subiendo al blog progresivamente.
Así que tooodo esto es en lo que andamos liados los primeros meses tras el sí, quiero, algo que, repetimos, ha valido totalmente la pena y de lo cual estamos muy orgullosos.
¿Qué os ha parecido?
Muchísimas gracias por permitirnos compartir esta experiencia con vosotros. Fue de muy gran ayuda poder vivir en primera persona lo que es el sentimiento que nos deja la muerte de un ser tan cercano.
Pudimos acompañaros y nos encantó.
Además a pesar de llevar unos cuantos años casada vuestro ‘detalle de la boda’ sigue estando presente en mi mesita de noche para ojearlo en momentos puntuales que me ayudan a recordar que esto no es cosa mía, si no se tres.
Un placer compartir este tiempo juntos. Esperamos que Dios siga bendiciendo vuestra familia, como parte de ella que es. La paz.